Dos enfoques contra intuitivos que te ayudarán a solucionar cualquier problema

Un problema se nos puede volver todo un mundo. Y nos puede absorber al punto que se vuelve lo único en nuestro mundo. Y muchas veces, de esta preocupación que nos absorbe cuando tenemos algún problema, tendemos a exagerar sus posibles consecuencias.

Para enfrentar ese problema, empezamos a implementar “métodos de defensa” que muchas veces no son tan efectivos. Creemos que enfocarnos demasiado o pensar todo el día en ese problema va a hacer que se solucione más fácil. Y por alguna extraña razón, inconscientemente nuestro nivel de preocupación y de angustia se va volviendo directamente proporcional al tamaño percibido del problema.

Preocuparse de más es una pérdida de tiempo. Si esa preocupación no lleva a una acción concreta, no tiene sentido ese “extra nivel” de preocupación.

En lugar de preocuparnos, deberíamos estar pensando en formas diferentes de solucionar ese problema.

¿Si preocuparme nunca me ha servido, porqué lo debería estar haciendo? ¿Qué opciones adicionales a parte de quejarme tengo?

Primer método contra intuitivo para resolver un problema: Desenfocarse en lugar de enfocarse

El asunto con enfocarse demasiado en un problema, precisamente, es que esa preocupación y ese enfoque se vuelven en sí otro problema.

Un problema se define como un problema precisamente por las características de la situación: Probablemente nunca lo habíamos afrontado, o no entendemos bien lo que está sucediendo, y debido a esto, no tenemos idea de cómo afrontarlo.

Por eso en muchas situaciones abordamos incorrectamente la situación: Creemos que nos debemos enclaustrar en un cuarto a preocuparnos y a arrancarnos los pelos de nuestra cabeza hasta que logremos encontrar una solución específica. Y es ahí donde nos sesgamos, y empezamos a obsesionarnos con ciertos enfoques y con “caminos” específicos que, aunque no estén dando resultado, creemos que son la única manera de resolver el problema.

Los problemas son el combustible que mueven las máquinas de crear

Lo que no nos damos cuenta es que, aunque suene contra intuitivo, la solución puede ser precisamente todo lo contrario: desenfocar en lugar de enfocar.

De estar tan concentrados en ese enfoque con el que nos sesgamos, se nos olvida lo importante que es tener otras perspectivas, pedir otras opiniones, pedir ayuda y buscar otros puntos de vista que nos den nuevos ángulos desde los cuales abordar ese problema. Se nos olvida que a veces es igual de importante ‘desenfocar’, tener un panorama más amplio y más global desde el cual podamos observar ese problema.

De ahí el concepto de ‘spin-offs’ y de ‘pivotes’. Muchas ideas de negocio y empresas han salido de personas que se ha puesto a pensar en un problema desde una perspectiva diferente a la que otras personas o empresas utilizan. Muchas empresas que están luchando para sobrevivir, abordan sus problemas desde una perspectiva diferente, y terminan ‘pivoteando’ sus modelos de negocio hacia algo diferente, que eventualmente las puede llevar de camino al éxito.

¿En qué situación te has quedado ‘clavado’ durante mucho tiempo tratando de resolver un problema de una forma específica, dejando a un lado opiniones o perspectivas alternas que pudiste haber considerado?

¿Qué aspectos de tu vida, de tu empresa o de tus proyectos están estancados o te están haciendo daño y aún no lo has aceptado? ¿En qué aspectos de tu vida te está dando miedo ‘desenfocar’ para entender hacia donde debes ‘pivotear’?

Segundo método contra intuitivo para resolver un problema: Exagerarlo al máximo

Suena estúpido. ¿Si ya tengo un problema, porqué voy a querer inventarme un escenario donde el problema es aún peor?

El punto es que muchas veces funcionamos mejor cuando estamos bajo presión. En estas situaciones, nos vemos forzados a prestar más atención a detalles que podríamos estar ignorando, y en los que puede residir la solución del problema.

Simular que un problema es peor de lo que en realidad es, es otra forma efectiva de poner las cosas en perspectiva: Estamos simulando una angustia aún mayor por un problema mucho peor de lo que es en la realidad. Y sin darnos cuenta, ahora la angustia de nuestro problema real, en perspectiva con la angustia simulada, es mucho menor. Nos damos de cuan grave podría llegar a ser una situación, y nuestra ansiedad comienza a disminuir.

Si exageramos el problema, a lo mejor empezaremos a hacer asociaciones y conexiones de asuntos y de cosas que no se nos hubieran ocurrido si el problema no se hubiera vuelta aún peor mediante esta simulación de un escenario catastrófico. El hecho de tener que evitar una catástrofe nos hace pensar en recursos, personas y herramientas en las cuales no hubiéramos pensado de otra manera.

Y lo interesante de esta técnica es que no solamente podemos exagerar las posibles consecuencias negativas del problema, sino también el contexto:

  • Tienes una reunión con un cliente japonés, y te sientes nervioso porque, aunque ya te explicaron cómo debería ser el protocolo, aún no te sientes preparado. ¿Qué pasaría si el cliente no fuera de Japón sino de Plutón? ¿Cómo te puedes preparar para hablar con alguien de alguna cultura con la que nunca has tratado?
  • Tienes 3 días para entregar un proyecto de la universidad, y estás bloqueado sobre cómo terminar las últimas 5 páginas. ¿Qué pasaría si no tuvieras 3 días sino 3 horas? ¿Qué se te ocurre que puedes escribir para concluir poderosamente lo que estás queriendo decir en ese proyecto?
  • Tienes que recortar el 20% de tus gastos para poder el alquiler del lugar donde estás viviendo, pero no sabes cómo hacerlo o qué gastos recortar. ¿Qué pasaría si ese recorte no fuera para pagar tu casa, sino para salvar tu vida? ¿Qué pasaría si tu vida dependiera de que ahorraras ese 20% mensual? ¿En qué aspectos podrías recortas los gastos para poder cumplir la meta?

Habiendo exagerado un problema, ahora vas a tener mejor preparación (o al menos un par de ideas y recursos que podrías utilizar) para afrontar el problema verdadero.

El proceso contra intuitivo que te brinda más herramientas y nuevas ideas para solucionar cualquier problema

Asumiendo que ya tienes plenamente identificado el problema, y ya has intentado solucionarlo (sin éxito), el proceso contra intuitivo para encontrar nuevas soluciones consta de los siguientes pasos:

  1. Acepta y “has el duelo” de las soluciones que has tratado hasta el momento, pero que no han dado resultado.
  2. Deja de hacer lo que estas haciendo, para de hacer por completo las posibles soluciones que has estado haciendo hasta el momento.
  3. Haz una lista de las soluciones que has intentado hasta el momento. A la derecha de cada elemento de la lista, anota una explicación de un renglón de porqué crees que no han funcionado. Para poder implementar nuevos enfoques y nuevas técnicas para tratar de solucionar un problema, primero hay que aceptar que algo no está funcionando, y hay que hacer una lista de eso que no está funcionando.
  4. Desenfoca. Responde estas preguntas:
    • ¿Estoy viendo el panorama general y el contexto que rodea el problema, o me estoy sesgando a dejar por fuera otras variables que me pudieran dar un s respuesta o me pudieran contextualizar sobre cómo entender mejor la situación?
    • ¿Hay alguien que me podría ayudar a encontrar una mejor solución a este problema, y a la cual no he recurrido por pena, por pereza o porque me da vergüenza aceptar que no tengo idea de cómo resolver este problema?
    • ¿Hay alguna herramienta o algún recurso que pueda utilizar (así cueste dinero) para encontrarle una solución a este problema o para acelerar su resolución?
  5. Exagera el problema. Tómate una hora para escribir un escenario y una historia fantástica, surreal, difícil de creer, donde el protagonista sea tu problema, pero exagéralo al máximo.

Si en esa historia logras proyectar un escenario máximo de estrés y de caos, tu mente empezará a generar ideas de ‘supervivencia’ que te pueden ayudar a encontrarle soluciones a tu problema real.

Los problemas son el combustible que mueven las máquinas de crear. Los ‘creativos’ son creativos porque el mundo tiene millones de problemas los cuales plasmar y solucionar. Sino existieran los problemas, tampoco existiría todas las invenciones y el mundo tal cual lo conocemos hoy. Los problemas solo son tan incómodos como nosotros permitamos que sean, y a veces, las formas menos convencionales de afrontarlos son los que nos van a ayudar a sentir más cómodos al momento de afrontarlos.

Imagen Problemas cortesía de Shutterstock

Juan Esteban Bravo Álvarez
Obsesionado con ayudarle a entender a la gente que simple es mejor y que la simplicidad está subvalorada. Convencido de que el recurso más importante no es el dinero, es el tiempo. Con más tiempo se puede hacer más dinero, con más dinero no se puede hacer más tiempo.
http://www.thenewgeneration.co
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