Sí, sí, sí, por supuesto que sí, ¡faltaría más!
Me ha gustado esta reflexión de Fermín Lorente sobre el coste de las interrupciones.
Podemos atender esas consultas de nuestros colaboradores, leer y responder montañas de e-mails, atender llamada tras llamada, o mirar el WhatsApp a cada “pito” Pero como se trata de segundos o minutos de distracción, no tenemos capacidad de ver el bosque en toda su magnitud, esas tres o más horas que se han evaporado sin saber cómo ni por qué.
¿Qué puedes hacer tu para eliminar interrupciones innecesarias?