El cambio que ya ha llegado
Hay dos maneras de trabajar: la forma ‘natural’ y la forma que hemos adoptado en la anomalía de la revolución industrial.
[…] la responsabilidad de pensar en hacer bien las cosas correctas ya no puede quedar en manos de unos pocos. En pleno siglo XXI, es poco inteligente desaprovechar el talento de las personas. Por otro lado, éstas también deberían querer dejar a atrás ese cómodo rol de «hacer lo que me digan». A todo se aprende si hay disposición para ello.
Para los que están interesados en la efectividad personal, la era industrial es una época interesante, justo porque ha sido una anomalía.
Por suerte, en la actualidad, muy pocos profesionales trabajan en estas situaciones. Yo, por ejemplo, he tenido muchos trabajos, algunos incluso de labor manual, pero siempre me han respetado mi responsabilidad y capacidad de decidir.
El único lugar dónde quedas restas de la época industrial es, como explica David en este artículo, en la manera en quedas empresas se organizan.