8 Rutinas mañaneras que te ayudarán a ser más productivo

El tiempo es uno de los recursos más escasos y codiciados que casi cualquier persona desea. Por ello, maximizar periodos de tiempo durante el día a través de una rutina productiva es crucial.

Probablemente, es al despertar por la mañana, el periodo más importante de tu día. Lo que hagas desde el momento en que te despiertas puede marcar la diferencia entre una jornada productiva o no. Acciones como retrasar la alarma para quedarte más tiempo del planeado en la cama, no desayunar saludablemente y con alimentos energéticos o empezar conectado a la tecnología, pueden mermar tu día.

Aunque no seas una persona mañanera, nada te impide empezar con una buena rutina que te ayude a afrontar la jornada con más energía y alegría. Además, el hecho de establecer una rutina matinal te ayudará a fortalecer tu fuerza de voluntad, que al fin y al cabo, actúa como una batería. Te despiertas con las pilas cargadas, que vas gastando a medida que transcurre el día.

Las últimas horas antes de irte a la cama estás agotado. Te voy a presentar 8 hábitos matinales que van a alargar la duración de esa batería que llevas dentro.

Date tiempo por la mañana, despierta con tranquilidad y sin prisas

Empezar el día con mal pie es lo peor que te puede pasar. Si ya comienzas con demasiada actividad, lo único que conseguirás es que el estrés invada tu cuerpo. Cosas como una alarma demasiado ruidosa, ir justo de tiempo para desayunar o para preparar lo necesario para ir al trabajo, hacen que tu cuerpo libere un compuesto químico llamado cortisol.

Según Amy Cuddy, profesora asistente en la Harvard Business School, la liberación de este compuesto hace que, además de incrementar tu ansiedad, tu energía se reduzca y la confianza en ti mismo se vea mermada. Todo ello por sentir la presión de las prisas por la mañana. Haz de tu mañana tu ritual: despierta con sonidos suaves, estírate, medita, haz ejercicio y toma tranquilamente tu desayuno saludable.

Puede parecer complicado en el mundo en el que vivimos, pero de otro modo, serás tú el único perjudicado. Elimina las prisas para que el cortisol no te quite toda la fuerza de voluntad que estás adquiriendo con tus hábitos matinales.

Bebe agua

La mayor parte de nuestro organismo está compuesto por agua. La ingesta de la misma es vital para cualquier ser vivo. El despertar con sed, es un claro síntoma de que tu cuerpo se ha deshidratado durante la noche.

En el transcurso de la noche, mientras duermes, el cuerpo trabaja reparando células, haciendo limpieza interna, etc. Empezar el día con un vaso de agua ayudará a tu cuerpo en lo siguiente:

  • Eliminación de toxinas y sustancias que no necesita nuestro cuerpo.
  • Activación del metabolismo, haciendo que el organismo se ponga a trabajar cuanto antes.
  • Además de ayudar al sistema linfático, defendiéndonos contra infecciones, ayuda a controlar el cortisol (recuerda que éste genera estrés).

Evita el móvil

Vivimos en una sociedad en la que parece que es casi una obligación estar conectado en todo momento. El móvil causa la mayor fuente de distracciones digitales a lo largo del día.

Te despiertas por la mañana, enciendes el móvil y te encuentras con notificaciones de todo tipo: Whatsapp, redes sociales, emails, etc. Instintivamente, tiendes a ponerte al día en todas ellas. Craso error. Mirando tu teléfono nada más despertarte, estarás sometiendo a tu cerebro a un estrés innecesario.

Que no sean las agendas de los demás los que guíen tu rutina matinal. Como ya he comentado, tienes que ceñirte a tu ritual mañanero.

Medita

No hace falta que te vayas con los monjes del Himalaya a entrenar. Muchas personas piensan que para meditar tienes que dedicar 45-60 minutos al menos. Nada más lejos de la realidad. Estudios demuestran que después de meditar 2 o 3 días durante 10 minutos puedes obtener múltiples beneficios: reducción del estrés, incremento de energía o conseguir que tu cerebro se centre mejor en sus tareas.

Tampoco es necesario que sepas hacer la posición de loto ni quemar incienso. Busca un lugar en el que te puedas sentar recto, que sea silencioso, con una luz suave (la luz del amanecer es ideal) y simplemente practica el inhalar y exhalar.

Puedes avanzar en duración si así lo deseas, pero tienes que dominar primero los periodos cortos. Después de un tiempo, lograrás maximizar tu productividad y te darás cuenta de que el transcurso del día pasara a un ritmo con más calma.

Haz ejercicio

Es innegable que el ejercicio es benéfico, no sólo para tu salud física, sino también para tu mental y emocional. Te ayuda a estar en forma y a reducir o prevenir el estrés.

Sin embargo, muchos ponen como excusa que no tienen tiempo, que están casados cuando llegan del trabajo, que hace frío, etc. Aquí te doy 4 razones del por qué hacer ejercicio por la mañana:

  • Quema de calorías: tu metabolismo actuará más rápido cuanto más temprano te actives. Lo puedes acelerar durante horas, por lo que entrenar un rato por la mañana produce quema de calorías durante todo el día.
  • Mejoría en la agudeza mental: el ejercicio por la mañana potencia la actividad mental hasta varias horas después de haberlo hecho.
  • Gran inyección de energía: te carga las pilas para todo el día. Además, conseguirás un mejor descanso y calidad de sueño.
  • Baja tasa de abandonos: el 90% de las personas que realizan ejercicio habitualmente, son los que entrenan por la mañana.

Por la mañana tu energía es baja, así que el nivel de actividad debe de ser medio–bajo, no de entrenar fuerte. Puedes hacer ejercicio en casa, salir a andar, correr, nadar o salir en bici. 15–20 minutos son suficientes para activarte, así que no hay excusas para no hacerlo.

Estírate

Gran cantidad de tiempo casi inmóvil en la silla hace que se te duerman las piernas, que se te cargue la parte superior de la espalda y hombros

Ya has hecho ejercicio. ¿Qué viene ahora? Estirar. Si eres de los que pasan gran parte del día sentado en una silla, ya te habrás dado cuenta de la importancia que puede traer esto en tu vida diaria.

Gran cantidad de tiempo casi inmóvil en la silla hace que se te duerman las piernas, que se te cargue la parte superior de la espalda y hombros, etc. Haz estiramientos suaves para terminar de darle a tu cuerpo la flexibilidad que se merece.

No solo sentirás un enorme alivio en cuerpo, sino que también te despejará la mente

Toma un desayuno saludable

La primera comida del día debe ser la más importante. De ella depende que empieces bien o no tu jornada. Más aun si queremos mantener nuestra fuerza de voluntad lo más estable posible.

Muchos alimentos proporcionan glucosa, que es el componente químico que le da energía a tu cerebro. El problema es la fuente de esa glucosa. Alimentos ricos en azúcares pueden producir picos de corta duración, con el consecuente desplome de después.

Puedes evitar esto siguiendo un equilibrio en los alimentos que escojas al desayunar. Por ejemplo:

  • Proteínas: huevos, carnes o pescados magros.
  • Fruta: preferiblemente fresca y no seca, la cual contiene más azúcares. Plátanos, manzanas o frutos rojos, son buenas opciones.
  • Frutos secos: en particular, aquellos con abundancia en ácidos grasos omega–3.
  • Verduras: prácticamente todas son válidas, especialmente los tubérculos.

Si consigues llevar estos alimentos a tu desayuno, tu digestión tendrá que esforzarse más, minimizando el sueño y aumentando tu energía.

Empieza la mañana la noche anterior

Puede ser complicado de entender con este título, pero verás que es muy sencillo.

Antes de acostarte, sabes perfectamente qué tienes que hacer al día siguiente: ir a estudiar, al trabajo, a llevar a los niños al colegio, etc. ¿Por qué no dedicar unos minutos la noche anterior para dejarlo todo listo? Preparar estas cosas durante la noche, además de ahorrarte tiempo por la mañana, harán de éstas menos estresantes. Cosas como dejar la ropa o la maleta del trabajo lista, son ejemplos de ello.

Otro tema muy importante en cuanto a productividad personal se refiere, es saber qué tareas van a ocupar tu día siguiente. Sea cual sea el sistema de planificación que uses, deberás saber que objetivos tienes marcados para el día siguiente. De esta manera, será una cosa de la que despreocuparte en la mañana siguiente. Simplemente tendrás que ejecutarlas. Esta práctica te supondrá un ahorro en el tiempo de planificación del día siguiente.

Christian Morillas

Autor del blog Productividad Al Máximo, donde ayudo a personas cuyo tiempo es un obstáculo para alcanzar sus objetivos con recursos sobre productividad personal, hábitos saludables y emprendimiento

http://www.productividadalmaximo.com
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