¡Hay que currar, coño!
No hay ningún método de gestión del tiempo que funciona bien si no estás motivado. Me ha gustado mucho la anécdota del amigo de Daniel Grifol.
A veces no es suficiente con intentar conducir al equipo por los cauces que consideramos apropiados. A veces es necesario dar un golpe en la mesa y definir claramente cual es el rendimiento óptimo, cual es el deseable y cual es el mínimo exigible para poder seguir perteneciendo al equipo.