¿Qué necesito para ser más productivo? (I): Tener ganas
Existen innumerables trucos, técnicas y teorías sobre cómo ser más productivo y emplear mejor tu tiempo, pero existen algunos principios básicos que están en la raíz de todas estas cuestiones y en los que merece la pena fijarnos si queremos entender el porqué de las cosas.
En una serie de artículos que comienza con este post intentaremos hablar de algunas cosas imprescindibles si queremos tener éxito en implementar fórmulas que mejoren nuestra forma de vida.
Empezando por el principio
Si quieres mejorar tu productividad, lo primero primerísimo que necesitas es tener ganas de hacerlo. Se que parece una perogrullada, pero la motivación es lo que mueve a las personas. ¿Por qué me debo esforzar en mejorar si no tengo un motivo para hacerlo?
Antes de plantearte cualquier tipo de cambio en tu vida, por pequeño que sea, deberías preguntarte por qué quieres hacerlo y descubrir la raíz de tu motivación. Si no encuentras ninguna razón, o te mueve una razón puntual, es muy probable que el impulso desaparezca en unas pocas semanas y tu esfuerzo sea en vano.
La productividad se consigue mejorando tus hábitos de vida.
Cuando hablamos de los sistemas de mejora de la productividad nos referimos a enfoques específicos a la hora de afrontar tareas, a modificar nuestra filosofía de vida y a eliminar rutinas que nos lastran. En definitiva, la productividad personal es una cuestión de modificar tu forma de vida en conjunto cambiando tus rutinas, sin prisa, pero sin pausa.
Los hábitos de vida se corrigen con esfuerzo y constancia. Tampoco debería ser algo que nos suponga un cambio radical o un gran sacrificio, pero si requiere que estemos comprometidos con la causa. ¿De verdad tienes las ganas necesarias para mejorar tu vida poco a poco?
Los hábitos de vida se mantienen en el tiempo con motivación.
El principal motivo por los que fracasan las técnicas de productividad personal es porque no somos capaces de mantenerlas en el tiempo por falta de compromiso.Todo el mundo empieza con muchas ganas, aplicando todo lo que ha aprendido en un seminario o ha leído en un libro.
A mucha gente le ocurre que todo esto funciona bien durante unas semanas, pero pasado varios meses el impulso inicial ha desaparecido y, echando la vista atrás, descubren que apenas han mejorado con respecto al año anterior.
La gente que de verdad aprovecha lo que ha aprendido es aquella que tiene la motivación necesaria para aplicar sus conocimientos todos los días. Si de verdad quieres mejorar tu productividad debes encontrar la forma de mantener tus ganas por hacerlo a lo largo del tiempo.
Yo siempre comparo el ser improductivo con estar gordo. Es más fácil estar gordo que estar en forma, pero estar en forma tiene muchos beneficios para la salud que hacen que merezca la pena el esfuerzo.