Servicios antiestrés y compensaciones en dinero como un síntoma
Me ha gustado esta reflexión de Amalio Rey:
gimnasios, futbolines, cursos de mindfulness y demás recursos antiestrés son por lo general “intentos por hacer más tolerable una situación mala”. Nada de eso es una señal de que el lugar de trabajo sea divertido. Más bien lo contrario, que no lo es y que “los empleados necesitan un respiro” y se pregunta: ¿Por qué preferirían jugar al futbolín que hacer aquello para lo que los han contratado?
Y:
Cuanto más se refuerza la “buena” conducta con dinero o con artilugios antiestrés y de entretenimientos varios, más se desconecta a las personas de la experiencia del trabajo en sí mismo: “la atención de desplaza de la tarea a la recompensa”, de manera que lo/as trabajadore/as se concentran más en el juego de elevar la compensación que en hacer bien o mejor lo que se supone que les motiva a hacer.
¿Qué hace tu organización para aumentar la motivación intrínseca?