¿Puede una rutina de tan solo 5 minutos impulsar tu productividad?
A veces solo necesitas un poco de tiempo para ti antes de poder pasar a la siguiente tarea. Cuando no te sientes como tú en el trabajo, parece imposible recuperarte. Piensas: “Mañana es un nuevo día, pero por ahora solo voy a mirar GIF de gatitos”.
Pero no creas que todo el día será un desperdicio. Porque si tienes por lo menos cinco minutos, y así parece ser, puedes probar esta rutina para aumentar la energía y la productividad.
Cambiar los hábitos no es difícil, pero se necesitan al menos 21 días para que se conviertan en rutinas.1
Es una rutina tan repleta de actividades que te será difícil terminarla sin sentirte que puedes enfrentarte a lo que sea. Y si bien tal vez no a lo que sea, por lo menos lograrás pasar con más energía a tu próximo proyecto.
Un minuto: Levántate y estírate
Perfecto, otro consejo que te dice que debes hacer más ejercicio, ¿verdad? Antes de saltar a cualquier conclusión, lee bien.
No se trata de que debes correr un maratón para energizarte en el trabajo. De hecho, según un artículo en la revista Forbes, el científico deportivo Jack Groppel indicó que los movimientos cortos a lo largo de la jornada laboral pueden “aumentar la energía, el compromiso y la eficiencia”.
Para algunas personas, esto puede significar levantarse periódicamente. Para otros, podría requerir que se tomen una vuelta por la oficina. Pero no te dejes llevar demasiado por el tipo de actividad que haces, y especialmente no te preocupes por la duración. Solo trata de mantenerte en movimiento por 60 segundos.
Dos minutos: Finaliza una tarea mínima en línea
¿Tienes algún pedido de Amazon que quisieras hacer? ¿Tienes una factura que sabes que está a punto de vencerse el próximo día o dos? ¿Tu madre te pidió que le enviaras un artículo sobre cómo restablecer la conexión inalámbrica (nuevamente)?
Elige alguna de estas sencillas tareas y dedícale dos minutos a completarla. El hacerlo te brindará un impulso de energía, ya que sentirás la satisfacción de poder eliminar algo de tu lista de cosas pendientes, especialmente cuando se trata de la lista de quehaceres personales.
Además, cuando salgas de la oficina al final del día, tendrá más tiempo para hacer algo que quieras disfrutar.
Un minuto: Escribe tus planes del fin de semana
Esto suena contraproducente, pero pon atención. Si tienes poca energía, probablemente también te falte la motivación para hacer algo. A menudo las personas descubren que cuando se sienten motivadas, el poder pensar en los planes para el fin de semana les da la sacudida que les hacía falta.
Es posible que tengas en tu panorama algo divertido por hacer. O puede ser que estés vislumbrando dos días sin nada por delante. Ninguna de las dos formas está mal. Pero pase lo que pase, escríbelo en una nota adhesiva y ponlo en el monitor de tu computador.
Te sorprenderá lo mucho que te esforzarás en tu trabajo cuando tienes presente ante ti el recordatorio de una recompensa a la que te acercas cada vez más.
Un minuto: Envía un mensaje de texto a un amigo
Ponte en contacto con alguien que te importe. Tal vez pusiste en silencio la conversación con alguien por accidente después de que te hicieron una pregunta. O tal vez solo necesites decirle a alguien que no tienes mucha energía en este momento.
Arma con tus amigos más cercanos un chat grupal a través de aplicaciones de mensajería para contar chistes malos y actualizarse mutuamente sobre sus vidas. Esto te servirá, particularmente para esos días en los que estés sin energía y cabizbajo, ya que el revisar los mensajes te animarás a unirte a la conversación o te reirás con las ocurrencias que encuentre s allí.
Puede que cinco minutos no parezcan mucho tiempo para que puedas energizarte, especialmente cuando todo lo que quieres hacer es estar en tu casa todo el día completo. Pero incluso si lo intentas, tal vez te encuentres con esta práctica el impulso que necesitas para arrasar con el resto del día.
Y, la mejor parte es que con el tiempo, se convertirá en un hábito más que en una práctica. Cuando esto suceda, la presión de simplemente ‘aguantar’ un día difícil en el trabajo caerá sobre tus hombros con mucha menos frecuencia.
- En la realidad, se necesita entre 18 y 256 días para convertir una acción en un hábito: Lally, P., van Jaarsveld, C. H. M., Potts, H. W. W., & Wardle, J. (2010). How are habits formed: Modelling habit formation in the real world. European Journal of Social Psychology, 40(6), 998–1009. ↩︎