Mejora tu productividad personal de abajo arriba
Paz Garde está revisando el libro Organízate con Eficacia y nos habla del orden en que David Allen recomiendo implementar su metodología:
Cuando estamos demasiado ocupados con nuestros compromisos es realmente difícil centrarse en horizontes más amplios. Por el contrario, cuando mantenemos controlado el flujo de trabajo experimentemos una mayor creatividad, tenemos más capacidad de concentración y es habitual que aparezca el deseo de afrontar nuevos retos.
La idea es que alguien quién empieza con la implementación de un método de efectividad personal está hundido en el trabajo y, por tanto, no tiene la capacidad de reflexionar sobre su propósito.
Por eso, David Allen y Paz recomienden primero organizarte y aclarar tu ‘perspectiva’ más tarde en el proceso.
Suene lógico, pero en la práctica no es tan fácil. Si alguien realmente está ocupado con sus compromisos, resulta muy difícil encontrar tiempo para una actividad extra. A esta persona le costará igual de definir sus objetivos que aplicar un flujo de trabajo para organizarse mejor.
Si esta persona empieza con la ‘perspectiva’, tendrá argumentos para descartar acciones y proyectos y así bajar el volumen de trabajo pendiente, dándole espacio para organizarse mejor.
El mayor error que veo en el consejo de empezar desde abajo es que David Allen define un proceso de implementación secuencial de su método. Pero en la realidad, procesos de aprendizaje y creación de hábitos nunca son lineales. Eso queda perfectamente reflejado en el logotipo del método de aprendizaje Skillopment de Raúl Hernández: el vórtice.
Desde mi punto de vista, y lo que hacemos en el taller be KENSO, la mejor forma de mejorar la efectividad personal es de forma iterativa, intercambiando el trabajo en la perspectiva con la implementación de tu flujo de trabajo.1
Porque si esperas con la definición de tus objetivos, visión, valores y propósito hasta que tienes implementado el flujo de trabajo perfecto, verás que has perdido mucho tiempo organizando tareas que ni siquiera deberías haber hecho.