«Mandan emails a las 9 de la noche»: así funciona el nuevo presencialismo que ahoga el teletrabajo

Muchas organizaciones se han visto obligados de encontrar la manera más rápida para facilitar el trabajo desde casa de toda la plantilla.

Desde mi punto de vista, no han implementado el teletrabajo, sino que han tomado medidas de urgencia para que la actividad de la organización no para de todo. El problema sale cuando estas medidas temporales (también podemos llamarlas chapuzas) se quedan para siempre, con efectos desastrosas para la salud mental y física de las personas.

Más bien lo que ha ocurrido es que algunos de los malos hábitos del trabajo presencial se han trasladado tal cual a los hogares, pero en remoto: saturación de videoconferencias, necesidad de estar disponibles fuera del horario habitual, imposibilidad de poner en práctica la conciliación familiar… Una realidad que, más que aliviar y flexibilizar la carga laboral de los trabajadores, lo que está ocasionando es más estrés y cansancio.

El teletrabajo bien hecho crea una organización más flexible y resistente e incluso puede mejorar la efectividad.

Jeroen Sangers

Anfitrión del Canasto. Mentor artesano especializado en la Efectividad 2.0 para personas y equipos de trabajo.

https://jeroensangers.com
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