Cuando eliminar las reuniones tres días a la semana aumenta un 73% la productividad
Decía Charles Babbage que «Si tu única herramienta es un martillo, tiendes a tratar cada problema como si fuera un clavo».
Tengo la sensación que para muchas organizaciones las reuniones son su martillo. Una reunión es una herramienta de comunicación y como todas las herramientas, la puedes usar de forma productiva o para perder el tiempo.
Por eso estoy completamente de acuerdo con Jason Fried cuando afirma que «Las reuniones deben ser como la sal: una especia rociada cuidadosamente para realzar un plato, no vertida imprudentemente sobre cada bocado. Demasiada sal destruye un plato. Demasiadas reuniones destruyen la moral y la motivación.»
Desde mi experiencia es difícil convencer a los responsables de las organizaciones para que disminuyen la cantidad de reuniones. Tal vez estos datos sean convincentes:
un grupo de investigadores del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT, por sus siglas en inglés) decidió llevar a cabo un experimento bastante particular, eliminar por completo las reuniones en 76 empresas de más de 1.000 trabajadores varios días a la semana para comprobar cómo afectaba al rendimiento de los empleados. Los resultados que obtuvieron sorprendieron a los propios autores del estudio: las compañías consiguieron aumentar su productividad hasta un 73% y el estrés de los empleados se redujo hasta en un 57%.