Conocimiento productivo: el bosque y el árbol
Cuanto más trabajo hay, menos tiempo podemos dedicar a organizarnos.
Eso es que observo cada vez que investigo cómo trabajamos.
Obviamente, es justo lo contrario de lo que deberíamos hacer. Cuanto más trabajo hay, más importante es parar y reflexionar sobre qué cosas dejamos de hacer. Si no lo haces, es probable que cuando se te acabe el tiempo aun queda alguna tarea importante pendiente de hacer…
Alberto Barbero explica magistralmente en el post que comparto hoy:
“Nunca hay tiempo para hacer las cosas bien, pero siempre hay tiempo para hacerlas dos veces”… y para corregir las consecuencias de haberlas hecho mal. Una catástrofe que tiene su origen en dinámicas de trabajo irracionales… Y en que nuestro cerebro funciona habitualmente en “modo automático”.