Cómo descubrir tu propósito y usarlo como fuente de motivación
Una de las críticas al método Getting Things Done por parte de la gran mayoría de los expertos en efectividad es que está demasiado enfocado a la organización personal. Aunque David Allen presenta su modelo de seis niveles de perspectiva, sólo dedica seis de las 300 páginas de su libro a explicarlo.
El resultado es que la mayoría de los lectores del libro se quedan sin instrucciones específicas sobre cómo tratar esta parte esencial de la efectividad personal y me temo que la mayoría de las personas que empiezan con la implementación de GTD nunca llegan a tener prespectiva.
Por eso me gusta el texto de Alberto Barbero, quien presente una manera ‘fácil’ de definir tu propósito a partir de 16 deseos básicos.
Es evidente que todos nos sentiremos más motivados por aquellas actividades que nos lleven a la satisfacción de nuestros deseos primordiales. Así pues, tanto motivar como automotivarse, sería alinear nuestras actividades con nuestros deseos primordiales. Aquí conviene andarse con cuidado: Aunque pueda resultar sencillo identificar a simple vista cuáles nos motivan más o cuáles motivan más a otras personas, conviene no caer en conclusiones erróneas y simplistas.