Combate tu esencia improductiva
A veces nos refugiamos en excusas: “no he podido acabar el informe, porque han salido emergencias”, “no he tenido tiempo para escribir el artículo”, “no me he podido concentrar, porque hay muchas interrupciones”, …
En estas situaciones, lo que necesitamos de verdad es una dosis de realismo, como este texto de Omar Carreño:
Aunque quieras buscarle muchas justificaciones, nadie tiene la culpa de ser improductivo más que tú mismo.
Esto ocurre porque la principal batalla que tenemos que lidiar en todo momento es contra las decisiones que tomamos, y en este sentido yo me imagino siempre al diablito gordito sentado en nuestro hombro izquierdo y hablándonos bajito al oído que quiere que nos vayamos por la tarea más fácil.
Definitivamente cuando se trata de hacer, ¿qué es lo que casi siempre vamos a elegir? Pues sí, lo que más nos guste y lo que implique menos esfuerzo. Es cuando visualizo al diablito hablándonos al oído.”