Cinco reflexiones tras mi último curso de formación
Como formador, siempre me gusta aprender de otras formadores, y por eso me ha llamada la atención este artículo de David Sánchez.
Una formación es un proceso de adquisición de habilidades que soluciona un problema o una necesidad específica.
Existen muchas maneras de formar y si tengo que creer nuestros alumnos, la mayoría de las formaciones se limitan a transmitir información.
Siempre intento hacer las cosas correctas y por eso hemos desarrollado el taller de KENSO aplicando las mejores prácticas en la formación.
En nuestras formaciones, siempre intentamos pasar por cuatro fases:
- Entender muy bien los principios básicos de la efectividad personal; el por qué y para qué.
- Ver qué hay que hacer y cómo aplicar las técnicas y herramientas.
- Adaptar lo aprendido a tu propia realidad.
- Crear un plan de implementación.
De estas cuatro fases, el segundo punto es lo menos importante. Hoy en día no nos falta información. Los alumnos no se apuntan a un curso para escuchar la teoría, sino para descubrir su propio por qué, para adaptar el material a su manera de ser y para saber cómo van a utilizarlo en su día a día.
[…] me gustaría compartir contigo algunas reflexiones que me encuentro repetidamente en las formaciones que facilito para la mejora de la efectividad personal con GTD. Ahí van.
Las reflexiones de David son interesantes, porque explican lo que, desde mi punto de vista, debería ser el núcleo de cualquiera formación en efectividad personal.
No se trata de explicar qué flujo de trabajo exacto deben aplicar, sino de entender la mente, de crear un plan para poco a poco implementar pequeñas mejoras, para aprender cómo crear nuevos hábitos, para analizar sistemáticamente tu manera de organizarte y de enfocarte en tu zona de influencia.