La CALMA productiva
Fue quizá en el año 1991 cuando impartí mi primer curso de «Gestión del Tiempo», está claro que soy una «boomer», han cambiado muchas cosas desde entonces, sobre todo he cambiado yo.
De aquellas formaciones centradas a llevar un control férreo de la agenda, he ido moviéndome y evolucionando hacia metodologías más a medida, porque una acaba descubriendo que todos los sistemas valen, siempre que funcionen.
Os podría hablar de cómo es mi propia relación con el tiempo, cómo me siento de productiva, solo comparto aquí que tengo tres hijos, un huerto y una perrita llamada Huerta, llevo 19 años teletrabajando como autónoma y desde hace 6 año creé mi propia marca, Posibilitancia, más como una afirmación personal (la militancia en las posibilidades) que como una puesta de largo en el mercado.
Me llevo bastante bien con las horas, las disfruto, y me dejan hacer mi trabajo desde la CALMA, soy hija de ferroviario pluriempleado en relojero y mido el paso del tiempo en los ritmos de la naturaleza.
Del GTD a la CALMA productiva
Hace algo más de 10 años cayó en mis manos el libro de David Allen Organízate con eficacia, en el que comparte la metodología GTD (Getting Things Done). A partir de esta metodología, algo compleja para aplicar en algunos puestos de trabajo, he ido elaborando mi propia metodología de productividad personal, el método CALMA.
Me gustan los acrónimos, si os animáis a echar un ojo a mi blog veréis otros tantos, en mis años de experiencia como consultora y formadora he descubierto el poder de lo simple, un acrónimo fácil de recordar, cuatro o cinco instrucciones, eso siempre le agrada a nuestro cerebro.
El método CALMA productiva es un sencillo recorrido en 5 pasos, que replica las 5 etapas de la metodología GTD simplificándola.
El acrónimo CALMA es en principio el itinerario del cambio, un recorrido formativo:
Conciencia de tus preferencias, de tus creencias erróneas, de tus rutinas improductivas.
Acción enfocada, orientada a fines concretos, con uso de una metodología paso a paso.
Logros diarios, necesitamos conseguir diariamente un resultado satisfactorio, por pequeño que sea.
Mantenimiento sencillo, con una rutina fácil de seguir, con medios amables y simples.
Amplificación a otros ámbitos de nuestra vida, pues se trata de un método que integra lo personal y profesional, porque realmente solo somos una persona con una vida y un tiempo para vivirla.
Como una de esas muñecas rusas, encontramos la réplica del modelo CALMA dentro de la etapa 2 de ACCIÓN ENFOCADA, como propuesta de organización semanal y diaria:
Captura
Aclara
Lista
Mantén
Actúa
El verdadero ingrediente de la calma
Realmente, el modelo es solo un proceso, una forma de encadenar acciones con el propósito de trasladarnos la sensación de control, de ir cerrando cosas, de finalizar la jornada con la sensación de que ha merecido la pena el esfuerzo. Aparentemente con esto es suficiente para llegar a esta CALMA productiva. Pero nos falta aún un ingrediente para que este modelo genere dentro de nosotros esa sensación de calma interior: «Mizu no kokoro», corazón como el agua.
Es posible que os suene la famosa frase de Bruce Lee, «Be water my friend», relacionada con las artes marciales y con el kárate en particular. El agua como metáfora de calma y al tiempo movimiento, el agua como ejemplo de aceptación, el agua que toma forma de vaso, de jarra, de lago…
¿Cómo me convierto en agua?
La buena noticia es que ya eres bastante agua, aproximadamente un 65% de tu cuerpo ya lo es, ahora solo falta que tu mente se crea un poco agua, que tu fluir diario no te lleve montaña arriba, pues nunca vimos un río ir contra la gravedad, solo cuando el agua es tan fina que se transforma en nube es capaz de ascender, un sabio comportamiento que nuestra mente también pude llegar a dominar.
Para este arte del ser agua hace falta dominar distintos estados mentales, que van desde la Atención (conciencia plena) hasta el Egoless (un poquito menos de ego por favor).
Pero de esto os hablaré en mi siguiente post, espero que me esperéis.
