¿Qué necesito para ser más productivo? (VI): Que nadie me interrumpa
Los seres humanos somos criaturas extraordinarias cuando alcanzamos nuestros momentos de máxima concentración. Con el estado mental apropiado, somos capaces de hacer casi cualquier cosa.
Incluso aunque estemos ejecutando una tarea que no requiera una gran concentración a priori, nuestra efectividad se multiplica cuando conseguimos enfocarnos completamente. Dos horas de máxima concentración equivale prácticamente a una jornada entera de trabajo.
Si podemos sacar tanto provecho de estar concentrado, la siguiente pregunta es ¿cómo lo consigo?
Para conseguirlo, debemos ser un poco expeditivos. Hay que declarar la guerra a todo aquello que nos molesta cuando necesitamos estar concentrado. Debemos declarar la guerra a las interrupciones.
Hay interrupciones que se pueden planear y evitar conscientemente. Por ejemplo, cuando necesites estar concentrado evita tener abierto el correo electrónico, pon tu móvil en silencio y no consultes tus redes sociales. Por regla general, no hay ningún email o mensaje que no pueda esperar treinta minutos a ser contestado. Comprenderlo y asimilarlo es la primera batalla que debemos ganar.
Las más complicadas de gestionar son aquellas interrupciones que no dependen de nosotros. Las llamadas de teléfono y compañeros (o jefes) que necesitan hablar con nosotros se cuentan entre las más habituales.
Lo más efectivo es intentar crear una pequeña cultura en tu empresa que haga que puedas olvidarte de estas molestias. Por ejemplo, pide a tus compañeros que no te interrumpan ni te pasen llamadas de 9 a 10 de la mañana, o de 15 a 16, cuando mejor encaje en tu trabajo. Así dispondrás de un rato de máxima concentración.
Otra práctica bastante extendida es ponerse a trabajar realmente pronto, antes de que el mundo se ponga en marcha. Trabajar de 6 a 7, después darte una ducha y empezar con el día propiamente dicho nos proporciona una hora extra en la que estamos seguros de que nadie nos molestará.
Esto es solo la punta del iceberg. Existen un montón de trucos que pueden enseñarte a mejorar la gestión de las interrupciones que conviene aprender si queremos poder tener ratos de máxima concentración a lo largo del día.
Es realmente sorprendente lo que mejora nuestra vida cuando podemos trabajar realmente duro un ratito sin que nadie nos moleste durante un rato.