La libertad de los límites
Lo he dicho muchas veces: hay más trabajo que horas. Da igual si trabajas 4, 8 o 12 horas al día, nunca acabarás todo lo que hay pendiente. Al final, no es el volumen de trabajo que determina cuantas horas debes trabajar, sino que eres tú quien ha de decidir cuantas horas quieres dedicar a tus áreas de responsabilidad profesional. También dentro del trabajo – y dentro de tu vida personal – hay que decidir cuanto tiempo quieres dedicar a cada tarea, a cada proyecto, a cada rol, a cada objetivo…
Si pensamos en nuestra vida laboral, establecer límites es útil en más de una manera. Por ejemplo, cuando necesitas concentrarte en una tarea en particular, probablemente utilizas algunas de las herramientas de las que hablamos antes - un temporizador digital, una lista de cosas para hacer, etc. - para limitar tu enfoque y tu tiempo a esa actividad únicamente. Pero, ¿cómo podrías aplicar límites para aumentar tu productividad y, al mismo tiempo, obtener más libertad?
Un poco de estructura da espacio para la creatividad. Los limites fomentan la libertad.