‘Cracs’ en productividad
A ‘romper esquemas’, ‘ser muy buenos en algo’, ‘destacar’, ‘sobresalir de lo común’, le llamamos ser ‘un crac’.
Cuando no estamos satisfechos de como gestionamos nuestro tiempo, procastrinamos con demasiada frecuencia y nuestra productividad deja mucho que desear, empezamos a pensar seriamente en adoptar un sistema de productividad. Un método que nos facilite herramientas y pautas concretas. En definitiva, que nos diga cómo, cuánto y cuándo planificar y actuar.
Todos los sistemas de productividad personal aspiran y nos prometen convertirnos en "cracs" en productividad.
¿Cómo elegir el que más nos conviene?. Para elegir el método productivo más adecuado para tí, busca que tenga estas CINCO cualidades CRACS:
- Concreto:
Ha de ser claro en su metodología y objetivos. Por ejemplo GTD hace hincapié en ‘vaciar’ la mente y usa listas por contextos. Otros métodos usan una única lista (Autofocus). Unos separan lo personal de lo profesional y otros lo unifican. - Realista:
Debes poder aplicarlo de forma ‘real’ en tu quehacer diario. No ha de ser un tratado teórico ni filosófico de qué es o cómo debería ser la productividad. Ha de facilitar herramientas y tú tener los medios para poder usarlas. - Acorde:
Con tus necesidades. Si eres un ejecutivo con una complicada agenda para coordinar viajes y reuniones, precisarás de un método apoyado en un software más sofisticado que un autónomo o una ama de casa que con una ADP (agenda de papel) y un sistema de listas podrá gestionar sus tareas de maravilla. - Cuantificable:
Ha de permitir medir resultados. Establecer etapas de planificación y de acción. Tener indicadores de posicionamiento en el proceso y poder detectar nuestros avances y estancamientos. - Sencillo:
De fácil comprensión. El usuario debe entender la dinámica del método del principio a fin. Hay métodos con ‘puntos oscuros’, lo que ocasiona que a veces el usuario, a mitad del proceso, se quede estancado y no pueda avanzar, lo que provoca dificultades en obtener los resultados deseados.
Mientras elegís el que mejor se adapta a vuestras necesidades y carácter, deseo a los lectores del hemisferio norte un buen verano y a los que nos leen desde el sur un dulce invierno.
— Montse