Porque me cuesta tanto trabajar en profundidad

David Torné reflexiona sobre lo que él llama la cara oscura de la tecnología:

Necesitamos estímulos cognitivos de forma continuada.

Ya no hay espacio para el silencio o el aburrimiento, siempre necesitamos hacer algo:

Leer el mail, navegar por Internet, mensajería instantánea, escuchar un podcast, ver vídeos en Youtube …

“El ocio está totalmente colonizado por la tecnología y el exceso de posibilidades que nos ofrece”

Efectivamente, la tecnología es un arma de doble fila. Nos puede ayudar a planificar mejor, a organizar la información, a comunicar con personas lejanas, pero también puede robarnos mucho tiempo.

La tecnología está cada vez más capaz de hacer tareas que anteriormente sólo los humanos podrías hacer. Las tareas que son más difícil de automatizar son aquellos que requieren reflexión, que emocionan a la gente, que son el resultado del trabajo profundo. La paradoja está en que, debido a la tecnología, en la actualidad dedicamos menos tiempo a justo estas tareas.

Hay los que opinan que solo es cuestión de crear buenos hábitos, de gestionar bien la atención. Yo no lo tengo tan claro, porque la tecnología no es neutral. Hay fabricantes de dispositivos y desarrolladores de aplicaciones que tienen su propia agenda—capturar tu atención durante el tiempo máximo posible—que va en contra de tus intereses…

Jeroen Sangers

Anfitrión del Canasto. Mentor artesano especializado en la Efectividad 2.0 para personas y equipos de trabajo.

https://jeroensangers.com
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