Lo que tus olvidos dicen de ti
Mi memoria es un desastre. Incluso las personas que me conocen bien, a veces se sorprenden de mi gran capacidad de olvidar cosas.
Muchos asumen que mi falta de memoria es la razón porque trabajo tanto con listas de tareas, pero la verdad es justo al revés: he empezado a olvidar cosas desde el momento en que tenía una alternativa más fiable.
Mi memoria no está peor que la tuya. La única diferencia es que yo me he dado cuenta de que incluso la gente con la memoria más fabulosa no pueden confiar en su memoria. Utilizo un sistema externo (mi exo-cortex) simplemente porque no quiero olvidar cosas importantes.
Este artículo de José Miguel Bolívar explica cómo funciona la memoria exactamente y porque tu también necesitas un sistema externo:
El problema de la memoria a corto plazo es su capacidad, enormemente limitada (oscila entre 7±2 elementos para la mayoría de la población), lo cual reduce considerablemente su utilidad.
Lo anterior nos lleva a algo evidente pero que a menudo olvidamos: lo normal es olvidarte de las cosas. A no ser que se trate de elementos puntuales que generen en ti algún tipo de emoción especial, lo normal es que ese elemento se te olvide en un plazo de tiempo muy breve. Se te va a olvidar a ti, se me va a olvidar a mí y se le va a olvidar a cualquiera.