Siempre nos lleva más tiempo de lo esperado
«¿Qué te parece si aprovechamos el fin de semana de Semana Santa para pintar las baldosas de la entrada de casa? Por la mañana podemos hacer la limpieza y la capa de imprimación y por la tarde acabamos», me proponía mi mujer.
Ya hace tiempo me gustaría arreglar la entrada de nuestra casa. Vivimos en una casa antigua y hemos renovado todas las estancias salvo la entrada y ya sabes qué dicen de las primeras impresiones…
«¡Una buena idea! Así podemos hacer los arreglos al inicio del fin de semana y utilizar el resto de los días para descansar y hacer alguna excursión. Eso sí: no creo que podemos hacerlo en solo un día. Ya sabes que yo soy el especialista en la efectividad de la familia y conozco la ley de Hofstadter que dice que cualquiera tarea siempre va a durar más de lo previsto. Sinceramente, creo que necesitaremos como mínimo un día y medio, tal vez dos».
Y así nos pusimos a trabajar, empezando lijando el marco de madera que por nuestra sorpresa estaba hecho de una madera muy bonita. Seria una pena taparla con pintura y decidimos eliminar toda la pintura para hacer brillar esta madera. Y eso era todo lo que hicimos el primer día.
El segundo día empezamos con ilusión aplicando la capa de imprimación, pero pronto notábamos que hace falta otra capa más… y así pasó el segundo día.
El tercer día, al final nos pusimos a pintar las baldosas. Y quedó precioso, después de un día entero de trabajo.
El cuarto día estábamos agotados, con dolor en grupos musculares que ni siquiera sabíamos que existían. Por suerte, ese día sólo teníamos que hacer algunos retoques y volver a limpiar y guardar todo el material. Y eso nos dejó con solo un día para hacer una excursión, pero sin energía para poder hacerla.
Y fue entonces cuando me acordó de la segunda parte de la famosa ley de Hofstadter:
Siempre nos lleva más tiempo de lo esperado, incluso teniendo en cuenta la ley de Hofstadter.