¿Estás permitiendo interrupciones?
Los ladrones del tiempo no existen; el único ladron eres tu. Aunque crees que no puedes ignorar las distracciones, la verdad es que solo tu decides qué merece tu atención.
David Sánchez da un ejemplo:
Imagínate que estás trabajando en ese informe que estás a punto de terminar (¡por fin!) y te entra una llamada en el móvil. ¿Cuál suele ser el comportamiento habitual?. Atiendes la llamada, contestas y actúas en consecuencia si procede. Trasladas tu atención del informe que estabas escribiendo hacia las nuevas acciones derivadas de esa llamada.
¿Cual es el enfoque eficiente? Sería algo parecido a esto: mientras estás escribiendo tu informe, miras el número que te está llamando, apuntas en un sitio fiable y que revises con regularidad algo del estilo “devolver llamada xxx-xx-xx-xx”, y vuelves a trabajar sobre tu informe.