De la ‘Dirección por Objetivos’ a los ‘Resultados por Tendencias’
José Miguel explica en este artículo un concepto muy importante que yo también llevo predicando desde hace tiempo: si realmente quieres cambiar las cosas, es mejor fijarte en tus sistemas en lugar de tus objetivos.
Un ejemplo típico es el proyecto para perder peso. La mayoría de las personas empiezan marcándose un pero objetivo, pero si reflexionas sobre este objetivo encuentras que en la realidad el peso no es importante. Lo que realmente quieres es sentirte bien con tu cuerpo, tener un aspecto físico agradable. El peso es únicamente un proxy de este objetivo.
Mejor que marcarte un peso es instaurar un estilo de vida saludable que, como consecuencia, hace inevitable sentirte mejor con tu cuerpo, a veces ya a partir de la primera semana.
Cuando el foco deja de estar en los objetivos y pasa a estar en las tendencias, dejamos de preocuparnos por lo que queremos que pase y pasamos a centrarnos en lo que podemos hacer para que las cosas pasen. Lo que ocurre es que es mucho menos fácil, cómodo y rápido trabajar con tendencias que con objetivos. Menos cómodo y además exige mucho más esfuerzo. Porque — seamos sinceros — cambiar una tendencia es un proceso que lleva tiempo y trabajo, además de que puede suponer muchos intentos fallidos. Sin embargo, establecer objetivos se arregla con unas cuantas reuniones en las que básicamente solo hay que hablar.