La arriesgada “Regla de los dos minutos”
La regla de dos minutos es uno de los componentes más conocidos del método Getting Things Done y por lo general el primer hábito productivo que implementamos.
Lo que no queda tan claro es que se trata de una excepción a la regla que no debes mezclar las fases hacer y procesar. José Miguel Bolívar explica cuál son los riesgos de utilizar la regla de dos minutos:
el objeto de procesar una bandeja de entrada es vaciarla, ya que solo al vaciarla pierde su potencial generador de estrés. Recuerda que lo que te estresa es aquello cuyo significado para ti ignoras. La aplicación de la «regla de los dos minutos» supone una tentación constante de abandonar un trabajo intelectual duro y dedicarte a hacer «chorradas», es decir, actividades de escaso o nulo valor añadido que simplemente exigen actuar, sin necesidad de pensar.
Antes de leer este artículo, ya había transformado la regla de dos minutos a la regla de 30 segundos, simplemente porque necesito muy poco tiempo para crear una tarea nueva en mi sistema. Pero desde entonces he dejado de aplicar la regla y tengo que admitir que me resulta más fácil enfocarme.