El (falso) poder de las listas cerradas
Ruben utiliza listas de tareas cerradas para planificar sus tareas personales.
Para que no digáis eso de "estos tíos de la productividad siempre hablan de lo mismo y todo se reduce a sentido común" procedo a definir uno de los componentes más potentes y sofisticados en la productividad personal: una lista cerrada es una lista con una raya al final. Acojonante, ¿no?
La idea de una lista que no cambia es muy atractiva, porque te da una sensación de control. Pero ¡ojo!, es una sensación de control falso. Mientras tu has cerrado tu lista, el mundo ha continuado. En los entornos dinámicos que tenemos en la actualidad, las prioridades pueden cambiar cada momento. Fijar tu lista es una utopia.
¿Por qué no afrontas la realidad y mantienes una lista actual con todos tus compromisos?