Planificar lo es todo, el plan no es nada
Planificar sigue siendo imprescindible. No tanto por el resultado, sino por el proceso. Cuanto más esfuerzo hayamos hecho en planificar, más preparados estamos para ‘improvisar’ cuando el plan original salte por los aires.
Este principio es uno de los fundamentos de la productividad personal; necesitas un plan, pero hay que usar el plan con flexibilidad. Cuando salgo de viaje con el coche quiero conocer la ruta, pero si una carretera está en obras, no tengo ningún problema de cambiar mis planes.