Productividad on rails

La productividad personal no es cosa de herramientas, sino de hábitos, pero cambiarlos es algo duro de verdad. Cambiar nuestro comportamiento equivale a descaminar una senda ya andada cimentada a veces durante años, ahora totalmente asentada y rígida. Nuestra fuerza de voluntad juega un papel importante, pero más allá del querer hay que encontrar una vía fiable para no acabar descarrilando una y otra vez.

Habitualmente es un proceso realizado de forma consciente. Después de admitir que algo no va bien y armarse de valor para corregirlo, nos enfrentamos a un cambio preestableciendo una nueva forma de 'hacer'. Nos decimos algo como:

“Voy a marcarme unas prioridades antes de empezar a trabajar”

“No voy a checkear mi correo más de 2 veces al día”

“No navegare por internet cuando trabaje”

Esta intención se traduce a un plan a cumplir los primeros días pero que acaba en el olvido, a causa de nuestra ‘debilidad’ al afrontar el desafío de hacer ‘lo correcto’ una y otra vez. Frustración, enojo y aceptación de lo negativo como parte de nosotros mismos. Ese es el peor de los resultados.

Cualquier gran cambio no es nada más que la suma de un gran número de pequeños pasos en la dirección adecuada, quizá no todo lo directos que quisiéramos pero si con la persistencia necesaria para no abandonar, y la convicción de que avanzamos para mejorar. Siempre es y será un camino duro,  pero colocando nuestro vagón sobre unos raíles firmes que van en esa dirección será mucho más fácil.

En lugar de intentar ordenar tu actividad en listas de la forma que más te convenga, o dando un giro a un sistema ya existente. Te propongo que abraces uno de estos métodos a fondo, siguiendo cada uno de sus principios con ortodoxia, explorando los recursos que te ofrece y utilizándolos correctamente, implementando durante un tiempo hasta que el ‘como lo hago’ deje de ser lo más importante, dando paso al ‘Hacerlo’ como pieza central de tu engranaje.

Eso va ayudarme a conseguir mejores resultados, pero ¿hará lo mismo con mis hábitos? ¿Cambiará mi forma de actuar a mejor fuera de lo estrictamente profesional? Sinceramente creo que sí.

Mi experiencia personal con GTD, me dice que usar un método de trabajo no solo te da respuesta a cómo actuar para mantener tu actividad bajo control, sino también al afrontar aquellas situaciones cómo interrupciones, olvidos, tareas que se demoran de forma indefinida… Todo tiene su espacio en un método de trabajo como Getting Things Done, pero lo más importante es tener entre tus manos una forma de actuar predefinida y sistemática que te permita erosionar esos malos hábitos ya asentados a través de la repetición. Sustituimos una forma de actuar por otra.

Puedes pensar que pese a suponer un gran salto hacia delante no puede ayudarte frente desafíos como levantarte temprano, dedicar  una hora al día a tu familia o cualquiera que haga referencia a algo mucho más personal…

No estoy de acuerdo con esa afirmación. Mencionaba la necesidad de implementar el sistema de gestión que utilices a medio largo plazo, y una vez llegado al punto en que tu día a día esta ordenado podrás dar un vistazo atrás y darte cuenta de los pequeños éxitos que has conseguido, reforzando tu decisión de seguir mejorando y viendo los nuevos desafíos como algo asumible si se estructura como un conjunto de hitos de menor magnitud: Levantarte más temprano de forma gradual, media hora cada semana, reservarte 30 minutos diarios para estar con tus hijos, como haces con tu revisión semanal…

Si algo ha convertido GTD en un éxito es la inmediatez en observar mejoras y experimentar ese feedback positivo con uno mismo. Desde el momento que vacías tu mente con la recopilación hasta el día que cierras tu primer objetivo a un año vista, hay un lento ascenso en el que nuestra habilidad para implementar progresa a la par con nuestra autoconfianza.

Al escoger un método para mi GTD es el más completo y escalable a la actividad de cualquiera, pero existen alternativas más simples o que enfocan la obtención de resultados a través de la productividad de una forma menos compleja o simplemente desde otra perspectiva, Autofocus o Zen To Done, todos ellos indicados para que hagas tu clic y los conozcas un poco mejor. Ahora te toca a ti. 

Imagen Lightspeed cortesía de Evan Leeson

David Torné
Desarrollador y analista de software. Apasionado por la productividad como herramienta para mejorar la calidad de vida de las personas y vehículo para crear valor añadido en las organizaciones. En mi blog escribo sobre GTD, productividad, y todo lo que les rodea.
http://es.davidtorne.com/
Anterior
Anterior

15 consejos para una gestión eficaz y productiva del email

Siguiente
Siguiente

Por qué no funcionan (ya) las listas de prioridades