El tiempo no tiene la culpa
Quería publicar este artículo hace una semana, pero no he tenido tiempo para escribirlo.
¿Suena creíble? Pues, no lo es. En la última semana he tenido un total de 168 horas; más que suficiente para escribir un artículo de 350 palabras. La realidad es que he decidido usar estas horas para otras tareas y actividades.
¿Cómo gastas el tiempo?
Si miro cómo he usado las 168 horas, veo que gran parte ha ido a cosas, para mi, más prioritarias que este texto. Por ejemplo, he dormido 56 horas; necesario para poder estar en condiciones para trabajar. También he dedicado horas a sesiones de consultoría y a formación, las actividades que me dan beneficios económicos.
Con estos dos ejemplos, he decidido conscientemente utilizar mi valioso tiempo para hacer estas acciones. Seguramente, también he perdido—subconscientemente—algunas horas en actividades no-importantes, como ver la televisión, tomar una infusión o limpiar la mesa de trabajo.
Lo importante es que, en cada momento de la semana pasada, he tenido la oportunidad de escribir este texto, pero he decidido no hacerlo, aunque sea subconscientemente.
No puedes gestionar el tiempo
Siempre cuando me piden organizar un curso de gestión del tiempo, empiezo la formación de esta forma:
Cada día recibes un regalo; el regalo de 24 horas de tiempo. Pero, es un regalo con una condición: cada hora que no usas, la pierdes para siempre.
Además, todo el mundo recibe el mismo regalo. Tu y yo tenemos 24 horas, el médico de urgencias tiene 24 horas y el presidente del país también tiene las mismas horas.
No se puede gestionar el tiempo, el tiempo simplemente pasa. Lo único que puedes hacer es elegir muy bien qué haces con tu regalo.
Si necesitas más tiempo, la única solución es conseguir más regalos; es decir, vivir durante más años. Si realmente necesitas más tiempo, hay que empezar ya a cuidarte: dormir bien, comer sano y hacer deporte.
El tiempo no tiene la culpa si no consigues cumplir tus promesas. Sólo tú decides cómo usar cada hora.