Aprovecha las pequeñas pausas
El día está lleno de pequeñas esperas: esperamos a que salga el café, a que arranque el ordenador, a que alguien al otro del teléfono descuelgue, por decir algunas. A veces esas esperas son productivas de por sí, por ejemplo cuando hacemos una pausa para el café lo que buscamos es un momento de descanso. Otras veces las pausas son totalmente improductivas.