Poner en perspectiva
Día tras día la rutina nos agobia. Fechas de entrega, trabajo acumulado, horas perdidas viajando de casa al trabajo, caos de tránsito, nervios e impaciencia propios y ajenos... éstos, entre otros factores, van generando un malestar que en principio es apenas perceptible y con el tiempo puede tornarse intolerable.