Memoria virtual vs. memoria biológica
Juan es un ejecutivo de gran valía y con un alto prestigio entre sus compañeros.
Se encuentra en el ascensor del hotel donde se ha celebrado la convención anual de su empresa y consulta su PDA de última generación con la cual ha grabado casi dos horas de charla. Suena el teléfono móvil y acepta la videoconferencia que le solicita su secretaria desde Tenerife; le pide el visto bueno sobre la disposición de la terraza para la cena de mañana. Puede ver con todo detalle las flores y el toldo que acaban de instalar. Se alegra de haber invertido en tecnología para supervisar hasta el último detalle de su ocupada agenda. Se abren las puertas y con paso decidido gira y se encamina hacia la salida cuando de repente observa que viene a su encuentro alguien que le parece conocido, por su aspecto debe de ser director de alguna multinacional y conforme se acortan las distancias, intenta acordarse del nombre y de algún otro detalle, aunque es inútil, no recuerda quien les presentó ni cómo se llama. El compañero de pasillo le regala una amplia sonrisa y brinda su mano antes del encuentro. El supuesto director le saluda con energía, le pregunta por su esposa, sus chicos y le recuerda hasta el chiste fuera de tono que soltó la mujer del director general. Juan se queda mudo, no recuerda ningún detalle. Para su consuelo, en sus bolsillos lleva casi 200 Gbs de información.
Prioridades
Nos importa más la tecnología que la naturaleza. Hoy en día la distancia se mide en horas y la organización en Mbs, ¿quién se preocupa por el ordenador natural más potente que existe?, nuestra mente.
Anotar en un ordenador un dato puede ser efectivo pero si este dato no tiene relación con otros en nuestra mente, no sirve para nada. Es nuestro cerebro el que procesa datos para que lleguemos a comprender realmente qué significa la anotación.
En cualquier actividad diaria estamos empleando nuestra memoria. Todas las células de nuestro cerebro están funcionando día y noche conectando datos entre sí. Aunque lo que no se nos olvida es poner a cargar los artilugios antes de dormir.
¿Quién no desearía …?
- Sentirse seguro al dirigirse y reconocer a otras personas.
- Hablar en público de memoria sin necesidad de notas, transmitiendo seguridad y confianza.
- Disponer de esquemas mentales que le ayuden a organizarse mejor.
Lo principal lo tenemos sobre los hombros y no en el bolsillo.
La imaginación, una vida sana incluyendo diversión, descanso, deporte, silencio, buena alimentación, trabajo y algunos sencillos ejercicios de memoria pueden ser algunas pistas para no quedarse en blanco o disfrutar enlazando ideas y creando otras nuevas.
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