¡Horror! ¡Vacaciones! (2)

Siguiendo con el artículo anterior de "¡Horror! ¡Vacaciones!" uno se plantea si en esta etapa de la vida es necesario seguir siendo productivo. Dónde antes existía un tiempo laboral, de responsabilidades de ocupación ahora se ve sustituido por el relax, las siestas, la playa y todo eso que tanto bien nos haces. Olvidamos nuestros roles y nos decimos a nosotros mismos que hemos de relajarnos al máximo: “Bye bye work! Hello relax.

Con este pensamiento no hacemos otra cosa que confirmar que tan separada tenemos la vida personal de la profesional. Son dos países completamente separados en nuestro mundo, cada uno disfrutando de un hemisferio, el norte mucho más productivo y el sur, mucho más vacacional (mil disculpas por el estereotipo). Nos engañamos a nosotros mismos y nos sentimos liberados pensando en la liberación del tiempo vacacional.

Conservamos la idea de que la productividad es algo empresarial y nos afianzamos en ella para crear, para demostrar a los demás lo que somos capaces de ser, nos convertimos en reflejos de lo que los demás desean ser, llegando al punto de ser profetas con las escrituras de Allen en una mano y cambiando totalmente cuando el libre albedrío nos dejas ser como realmente somos.

La productividad personal es una forma de vivir la vida, la vida en si es un proyecto al alcance de todos, dónde nosotros somos dueños y responsables de la misma, dónde decidimos lo que queremos hacer y como queremos que sea, tanto por hacer, tanto por aprender, todo son necesidades que se aglutinan a lo largo de los años, sin distinción de tiempo o espacio, nuestro proyecto va avanzando y en las vacaciones, no se detiene.

Nuestras ilusiones, nuestros sueños, la paz, la tranquilidad, la vida personal ejerce un valor muy importante en nosotros y llegar a conseguir aquello que nos proponemos, con esfuerzo es la forma que tenemos de evolucionar, de madurar, de progresar. Sin todos esos valores nos sentimos loco en esta vida, dando vueltas, empujados por los demás sin dominio y control. Todo lo que hemos aprendido en este tiempo, todas los trucos, planificaciones, enseñanza, valores, hábitos, disciplinas, todo eso tiene cabida en nuestro yo más interno, en nuestra vida personal.

Alejemos pues la vida profesional de la personal, pero no te distancies de todo tu conocimiento por el hecho de estar alejado de la disciplina. Deja que todo lo que sabes, todo lo que eres durante esas ocho o diez horas de trabajo te ayude en el tiempo dónde cohabitas con la familia, allí donde los valores son importante y dónde conseguirlos determina no sólo nuestra propia felicidad, si no la de los seres más queridos.

Las vacaciones están para disfrutarlas y la productividad personal no está alejada de esa meta. Las escrituras hablan de ellos, del valor de la vida, de la importancia de elevarse y salir de la cotidianidad. Los proyectos son sólo eso, ilusiones, sueños, esperanzas, deseos o cosas más sencillas como enseñar a nuestro hijo a montar en bicicleta, planificar una noche romántica con nuestra pareja, pasar tiempo con nuestros padres, perdernos en una biblioteca, echarnos en el sofá y ver toda la temporada de Doctor Who, sea lo que sea, todo se convierte en productivo para llegar a conseguirlo.

No lo dudes, estas vacaciones mete las escrituras en la maleta, utilízalas en todo momento, porque con ellas te convertirás en lo que quieres ser.

Imagen Summer Holiday cortesía de HaiThinh

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